El contexto del Evangelio de hoy es claro, el rechazo de los dirigentes judíos hacia Jesús. La pregunta introductoria se dirige a los sumos sacerdotes y a los ancianos, que habían venido a interrogarle sobre su autoridad.
Jesús no pierde la paz. Con paciencia incansable sigue llamándolos a la conversión. Jesús pone delante de ellos dos actitudes; lo hace con dos cuadros diferentes, los detalles que Jesús expresa enriquecen la lectura. Hoy, una vez más, el Señor nos invita a entrar en la voluntad del Padre, a convertirnos, a ser coherentes y testimoniar ante el mundo con nuestra vida.