Hoy celebramos la vida de cada una de las religiosas del mundo, porque con su carísima, amor a Dios y al prójimo, bondad, disciplina, consagración y entrega al servicio humano hacen de nuestro mundo un lugar mejor para vivir. Gracias por ser luz en nuestros caminos.
Recordemos orar por todos los hombres y mujeres que han consagrado su vida a Dios y que se han dispuesto para ser instrumento de Dios en el mundo entero.



ilustración tomada de la Hermana Jes.